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Tesoros ancestrales en Quioquitani - Xcuent Ngwlâs

EXTRACTO Y ADAPTACIÓN DE UNA CARTA ENVIADA EN ENERO DE 2010 AL INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA - OAXACA


La carta formaba parte de una solicitud para que el INAH realizara una investigación en tres probables sitios arqueológicos en Santa Catarina Quioquitani. Aunque hubo respuesta de parte de dos arqueólogos, no se dio seguimiento desde 2011.

Hola Martha:

Sabemos de la existencia del cementerio antiguo al que hacemos referencia en la información que le hicimos llegar a David por correo, desde hace mucho tiempo pues la gente del lugar contaba historias mágicas sobre él, y le llaman Xpaa Ngwlâs; esto es, algo así como el cementerio de los Engwlás (esta palabra sería una versión quioquiteca del Binigulaza de los Valles Centrales, que significa zapotecos antiguos).
 
Se dice por ejemplo, que las tumbas están improvisadas y mal distribuidas porque los entierros se realizaron muy rápido pues los antiguos habitantes del pueblo o de una región cercana a ella se suicidaron mediante un pacto colectivo cuando escucharon rumores de que nuevos dioses (en concreto, la cruz de los españoles), venia apoderándose y transformando todo lo que encontraba a su paso y ellos no estaban dispuestos a ceder, así que murieron llevándose sus pertenencias más valiosas a la tumba.
Versiones más radicales señalan que el suicidio colectivo se realizó cuando por primera vez salió el sol y los nativos, que nunca habían visto su luz tuvieron temor de ser quemados por ella.
 
Se cuenta de un habitante de Quioquitani, llamado Daniel Méndez que un día abrió una de las tumbas para sacar oro y objetos valiosos de ella pero que lo devolvió a las pocas semanas con mucho miedo pues el espíritu del muerto al que le había «robado» sus pertenencias no lo dejaba en paz en sus sueños.
 
De la otra zona, donde se encuentran cimientos que parecen ser restos de una muralla o edificios nos enteramos hace poco cuando nos las mostraron; pudimos ver las excavaciones que se han practicado con herramientas de mano (barretas, palas o zapapicos) para buscar objetos de valor. Hay un lugar donde al parecer se extrajo algo así como una enorme roca de unos dos metros de diámetro y otro en donde a pocos centímetros excavados se toparon con una gruesa capa de graba y rocas de río sueltas.
 
Son dos zonas diferentes. Una de ellas, donde Rosendo Cruz, un vecino de la población dice haber visto «unas pinturitas y dibujos raros en las paredes de una cueva», no la conocemos, habría que preguntarle al que lo vio, pero según él y por lo que nos dicen nuestros conocidos, este lugar está al suroeste de Quioquitani, en una barranca cerca del río en las proximidades de san Andrés Mixtepec.
 
La otra zona conocida como Quikuily (hispanismo de Kiy kwîly), se ubica al sureste de la localidad, cerca de la región en que el territorio de Quioquitani colinda con la superficie de San Pedro Mixtepec y comparte geografía con una loma llamada Tanisibe (del zapoteco Tañ Tsibé).
Se sabe de dos áreas en esta zona: el probable cementerio antiguo y los restos de construcciones antiguas.
 
Las áreas se localizan en una sola montaña, más bien una semi-cordillera (Quikuily) que, según nuestros cálculos se extiende unos dos kilómetros de Oeste a Este desde Tanisibe hasta un lugar llamado Kiigw xchobnis, o Río de bautismo y se llega caminando en unos cuarenta y cinco minutos desde el pueblo.
Ambas áreas están separadas por unos ochocientos metros de distancia encontrándose las ruinas a la mitad de la montaña y el cementerio en su meseta más al sur.

El área de las ruinas, la parte que vimos, grabamos y fotografiamos abarca como 100 metros en línea recta subiendo desde Tanisibe hacia la cima del cerro, como con 8 yacimientos de restos de construcciones de piedras y unas tres áreas excavadas que parecen ser cimientos de una casa o un pequeño patio.
 
Una de las estructuras, de las más evidentes, mide alrededor de 10 metros de largo de Norte a Sur, unos 3 metros de ancho de Oeste a Este y de uno a tres metros de alto en su parte más prolongada. Parecen ser restos de un edificio o tal vez un muro perimetral.

De estos yacimientos, unos tres tienen signos de intento de excavación con herramientas manuales aunque no alcanzan los dos metros de profundidad. Sólo hay una parte en la que parece que se extrajo una enorme piedra o varias cosas.
 
El Xpaa Ngulâs (cementerio), debe tener unos 300 m² de área. En ésta, la única evidencia física que existe es un conjunto de rocas –aproximadamente 30- colocadas unas cerca de las otras con espacios que van de los 30 cm a los dos metros de distancia entre una y otra. El área es casi plana, ligeramente inclinada –unos 15 grados-.
 
Las evidencias intangibles sobre los Nngwlàs son las leyendas transmitidas oralmente desde hace muchos años entre los habitantes del pueblo y los rumores de personas que han tenido experiencias en relación con el Cementerio y sus huéspedes.
 
Otra de las historias que se cuenta en relación con los antiguos habitantes de esta zona tiene que ver con una especie de maldición que los alcanzó y de la que también fueron víctimas unos personajes que iban huyendo y que no alcanzaron a llegar a su destino y la maldición, el sol o el castigo de los dioses los alcanzó en el camino cerca de San José Lachiguiri, y los convirtió en piedra.
Hasta hace unos años, se podían ver tres figuras petrificadas a unos tres km al Este de san José en el camino que va a Quioquitani y de los que se decía estaban como testimonio de la desobediencia a los poderes superiores.
 
Cualquiera que sea el caso, todas las leyendas ubican a estos seres en algún momento antes de la llegada de los españoles al Valle de Oaxaca.

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